Las cuevas de Alicante, España, son un destino turístico único que ofrece una experiencia única e inolvidable. Con una historia y cultura ricas, Alicante ofrece algunos de los más impresionantes y majestuosos túneles y cavernas de la región. La región de Alicante es mundialmente conocida por su arquitectura y paisajes, pero también hay una aventura subterránea escondida.
Las cuevas de Alicante albergan una increíble variedad de formaciones rocosas, desde estalactitas y estalagmitas hasta formaciones cársticas únicas. Estas formaciones son el resultado de miles de años de flujo de agua subterránea y erosión. Algunas de las cuevas más conocidas incluyen la Cueva de los Verdes, la Cueva de las Calaveras y la Cueva de las Palomas. Estas cuevas son especialmente impresionantes y ofrecen una variedad de experiencias, desde caminatas por cuevas de piedra hasta visitas guiadas con luces para explorar algunas de las formaciones más interesantes.
Además de ofrecer una increíble variedad de cuevas y formaciones únicas, Alicante también ofrece una variedad de actividades de ocio para aquellos que quieren explorar la zona. Desde actividades al aire libre como senderismo y ciclismo, hasta actividades acuáticas como kayak y buceo, hay algo para todos. Las cuevas también pueden ser un destino popular para aquellos que quieran realizar actividades más arriesgadas, como el espeleosusto, el buceo en cuevas y el espeleorapel.
Las cuevas de Alicante son un destino turístico único que ofrece a los visitantes una experiencia única e inolvidable. Estas cuevas ofrecen una variedad de formaciones únicas y actividades para aquellos que quieren explorar la zona. Si estás buscando una experiencia única e inolvidable, no hay mejor lugar para visitar que las cuevas de Alicante.
Cuando uno piensa en Alicante, las playas y la comida local son los primeros elementos que le vienen a la mente, pero deberían conocerse los destinos turísticos menos conocidos, como los lugares de espeleología. Uno de estos es la Cueva de Adsubia, ubicada en el Tossal de Llop, un área recreativa cerca del pueblo de Adsubia (Marina Alta). Esta cavidad cuenta con una sala de 600 metros cuadrados con estalagmitas y estalactitas, una de sus principales atracciones.
El recorrido comienza con un pequeño corredor que da acceso al fondo de la cueva, y en la salida hay una ruta alternativa escalonada que asciende por la ladera de la sala hasta un mirador. Se afirma que hay “valiosos tesoros de origen natural” en la cueva. Las visitas están suspendidas en este momento, pero el gobierno local planea abrirlas al público el 4 de julio. Es importante tener en cuenta que la Cueva del Canelobre está en Adsubia y no debe confundirse con las Cuevas del Canelobre de Busot.
Las Cuevas del Canelobre, ubicadas en la sierra Cabezón de Oro, en el área municipal de Busot, son una monumental caverna kárstica. Los nativos la conocen como la “más antigua catedral del mundo, creada por la naturaleza”, ya que alberga una inmensa bóveda de 700 metros, similar a la de una catedral. Los visitantes pueden admirar sus estalactitas, estalagmitas, columnas y medusas, así como el túnel de 45 metros de largo que los lleva hacia el interior de la caverna.
Estas cuevas han sido usadas como taller de reparación de aviones por el bando republicano durante la Guerra Civil española, y no fueron abiertas al público hasta finales del siglo XX. Actualmente, el lugar es una gran atracción para los apasionados de la espeleología. Para visitar estas cuevas se recomienda reservar previamente a través de la página web de la oficina de Turismo de Busot, donde se encuentra información sobre precios y horarios.
En la Vall d’Ebo, una ciudad con alrededor de 200 personas, se encuentra la Cueva del Rull, una cavidad con una extensión de 220 metros y una diferencia de altura de 19 m. La historia de la cueva es interesante, ya que no fue descubierta hasta 1919, cuando José Vicente Mengual, también conocido como tío Rull, estaba de caza junto con su perro. Al día siguiente, el tío Rull volvió al lugar y decidió extraer algunas rocas del agujero, con la sospecha de que habrían más conejos.
Finalmente, descubrió que el lugar escondía un gran sótano, que luego se llamó Cueva del Rull. La gruta se desarrolla en conglomerados calcáreos de entre 5 y 23 millones de años, y en su interior se pueden ver estalagmitas, estalactitas, derrames y banderas, entre otros. Para llegar a la cueva, debe tomarse la carretera de Pego hacia La Vall d’Ebo, cruzar el pueblo y continuar 1,5 kilómetros en dirección a La Vall d’Alcala, donde se encontrará la entrada. La información sobre los horarios está disponible en la página web de Turismo de la Vall d’Ebo.
La Cueva de las Calaveras, ubicada en Benidoleig, Alicante, posee una longitud de más de 900 metros. Su techo es alto y se divide en dos áreas: una inundada y otra seca. Fue descubierta por un equipo de espeleólogos en el siglo XVII, donde encontraron doce restos humanos. Esta gruta es conocida por sus estalactitas, estalagmitas, cúpulas, fósiles y restos de huesos. Además, se encontraron evidencias de que en su interior existieron miembros de la especie Homo Sapiens.
La Cova Tallada, ubicada entre Dénia y Jávea, se encuentra situada al pie de los acantilados de San Antonio. Esta gruta ofrece un hermoso recorrido de 400 metros a través de diferentes salas y galerías, algunas parcialmente inundadas. Esta cavidad, cuyo acceso no es sencillo, ha ido aumentando su popularidad por lo que, para visitarla en verano, es necesaria una previa reserva. Esta cueva es más hermosa durante la temporada baja, cuando se puede disfrutar de sus tranquilos “lagos interiores”.
La Cova Tallada fue una vez una importante cantera de piedra tosca, y algunos monumentos históricos de la zona como la iglesia de Sant Bartomeu o el castillo de Dénia fueron construidos con piedras de allí. Se dice que esta gruta también sirvió de refugio para submarinos durante la Segunda Guerra Mundial.